La Tercera Edad (1ª parte)

Consejos Generales

" Gracias a nuestros cuidados, las mascotas gozan de una vida más larga y mejor que hace un par de décadas. A partir de los 7 u 8 años, es recomendable adaptarnos a sus nuevas necesidades, cambiando su alimentación y visitando al veterinario para realizar chequeos"


Gracias a los avances en el campo de la medicina veterinaria, que ha mejorado la comprensión que tenemos sobre los animales, sus necesidades y las patologías que sufren, la esperanza de vida de nuestras mascotas es más alta que hace un par de décadas, y de mejor calidad. Factores tan importantes como la alimentación, la vacunación, la desparasitación y nuevos tratamientos, permiten que disfrutemos de nuestros animales durante más años. Es por eso que actualmente encontramos muchas mascotas que entran en la tercera edad, y es importante que el propietario sea consciente de que se producen ciertos cambios de forma gradual y que tienen diferentes requisitos. Esencialmente continúan siendo nuestros amigos de cuatro patas, pero necesitan que los cuidemos más ahora, y seamos comprensivos.

La calidad, en esta fase de su vida, está condicionada en gran medida por el tipo de vida que ha tenido durante los años pasados. Una alimentación correcta, ejercicio regular y visitas periódicas al veterinario, harán que lleguen en mejores condiciones a la vejez. Lógicamente, la raza o el tamaño del animal (al fin y al cabo, los genes), son determinantes; los animales cruzados, de raza indefinida, y de tamaño pequeño-mediano, acostumbran a vivir más años en comparación con los de raza o de mayor tamaño (este puede ser un punto a favor para decidirse por la adopción a la hora de adquirir un animal, en vez de comprar). Pero todo esto son estadísticas que no siempre se cumplen, de manera que cada individuo es una historia diferente.


Es aconsejable que a partir de los 7 u 8 años se hagan revisiones veterinarias cada 6 o 9 meses, para hacer una exploración general que permita detectar cualquier patología con tiempo suficiente. Muchas veces, la rapidez de diagnóstico puede significar la diferencia entre un tratamiento eficiente o un tratamiento largo sin resultados satisfactorios. Según el historial de cada mascota, las condiciones de vida y el resultado del examen físico, el facultativo puede decidir hacer algunas pruebas más (tales como análisis de sangre, de orina o radiografías) para asegurarse de que no hay ninguna enfermedad en un estadio inicial, que aun no ha manifestado signos externos.