Parto en perras (1ª parte)

El milagro de la vida

El parto es un proceso natural, en el que no debemos intervenir a menos que sea necesario. Los animales se guían por sus instintos, y la naturaleza sigue su curso en la mayoría de los casos.

El parto es un proceso natural, en el que no debemos intervenir a menos que sea necesario. Los animales se guían por sus instintos, y la naturaleza sigue su curso en la mayoría de los casos. Es importante informarnos sobre las características normales de un parto, y resolver cualquier tipo de duda con anterioridad, consultando al veterinario. De esta manera, estaremos mejor preparados para tomar decisiones y actuar en consecuencia si es preciso.

La gestación en perras dura alrededor de 2 meses, durante los cuales conviene visitar a su veterinario para asegurarse de que está preñada mediante una ecografía a los 25 días aproximadamente, está llevando una gestación normal y no supone un riesgo para la vida del animal, prevenir problemas y predecir posibles complicaciones; mediante pruebas, como por ejemplo una radiografía, sabremos el número de crías que han de venir y si el canal pélvico es suficientemente ancho. Además, recibiremos valiosos consejos sobre cómo cuidar una hembra gestante en temas tan cruciales como la alimentación.

Es muy útil determinar cuándo se espera el parto, para estar alerta y preparados. De todas formas, existe una variabilidad aceptable de días, y no nos tenemos que poner nerviosos si tarda un poco más de lo esperado. Su veterinario es la persona adecuada para determinar que todo marcha bien.

Muchas perras paren de noche, y escogen un rincón donde unos días antes preparan un “nido”. En la medida de lo posible, debemos respetar su elección y facilitar agua, mantas y trapos. Normalmente escogen un lugar tranquilo, en el que ellas se sienten cómodas. Conviene tener cerca una fuente de calor para evitar hipotermia en los cachorros.

Su comportamiento puede variar dependiendo de su experiencia previa como madre (las primerizas acostumbran a estar más intranquilas). El ruido o el movimiento de personas alrededor pueden estresar a la hembra e interrumpir el parto, así que es mejor no estar demasiado encima, aunque hay que ser capaz de observar el proceso, sin molestar; por ejemplo, en el caso de que ella esté en un cuarto, simplemente hay que asomar la cabeza por la puerta entreabierta.

Es cierto, que algunas mascotas con mucho apego por sus propietarios, se sentirán más tranquilas con su presencia (tan sólo del propietario), e incluso puede que elijan su habitación como lugar escogido para parir. El propietario debe observar la reacción del animal con su presencia y decidir que es lo que le conviene.

Ramon Gayo
Veterinario

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